Pero debemos saber decir adiós,debemos aprender a aceptar el final y saber continuar pese al dolor que eso ha dejado.En toda nuestra vida hemos,y vamos a decir adios a amigos,amores,o a familiares.
Decir adiós a un familiar no es fácil.Aceptar que alguien tan cercano a tí,que te ha visto crecer,que te ha visto en tu adolescencia,y en los mejores casos,que te ha visto vivir tu vida,ser alguien.. no es fácil.
Aceptar la muerte nunca es,y nunca será, nada fácil.
Tienes que aceptar que esa persona a la que tanto amas se ha ido para siempre.
Por cada adiós hay un vacío: No es fácil cerrar los ojos y hacer como que no está pasando todo eso en nuestras vidas.
"Diolió ese adiós que tuviste que decir,cuando quedaste con el corazón destrozado y tus lagrimas se secaron dejando ojos sin vida,sin luz,pensando en ese adiós..."
Si te paras a pensar,quizás somos nosotros los que nos vamos y los demás son quienes se quedan sufriendo.Perder así a la persona que amas es algo fuerte,es como si caminases por cuartos oscuros y no encontraras ninguno que tuviera luz,esa luz que nos ayude a salir de la soledad...
Pero siempre,en algún momento,llegará el día en el que despertarás queriendo volver a vivir,deseando renacer de nuevo.
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