~Peliazul ♥
No podía abrir los ojos.Más bien no quería.Temía que mi respiración se cortara al abrir los ojos y ver a Marcus.Sentía como si…como si el mundo no fuera el lugar en el que vivía.Era como si el tiempo para mí fuera estúpido,corto y bastante fácil de burlar. Desde que tenía unos 16 años supe que podía teletransportarme.Al principio era en distancias cortas,pero luego podía viajar unos 80 km sin tener que parar.
No se escuchaba ni el canto del pájaro de antes.Ni siquiera podía escuchar la respiración de otra persona que no fuera yo misma,asi que pensé que Marcus se había ido.Abrí los ojos lentamente,intentando inspeccionar la zona por si él seguía por allí.Miré hacia todos lados y no estaba.Respiré hondo,intentando volver a la normalidad después de aquello.De repente,una ráfaga de viento pasó justo delante de mi cara.Luego,ví a Marcus sentado a la derecha de la cama con unas toallas mojadas.Me quedé boquiabierta.No sabía que alguien mas pudiera hacer lo mismo que yo,y mucho menos que fuera Marcus quien lo hiciera.Me quedé mirándole fijamente,ladeando la cabeza,como perro que no entiende lo que ocurre.
-C..c..co..como.. ¿tú?.. ¿cómo? –Le pregunté,tartamudeando,sin poder articular bien una palabra.Me sentía estúpida,pues la pregunta era un poco tonta.Él puede,al igual que yo puedo.Él sonrió y dejó a la vista una perfecta dentadura y una sonrisa bastante acogedora.Eso hizo que me mordiera el labio inferior y que cerrara los ojos,pues no quería que pasara nada con él,pero me parecía un poco tarde pensar eso ahora.
-Yo puedo,tu puedes… ¿no te alegra saber que no eres la única? –Preguntó,con una pequeña carcajada al ver mi cara,supongo.
-S..sí.. pero.. ¿tú? –Respondí
-Bueno,yo,ni que fuera eso malo… estoy contigo,tú estás conmigo,y estoy seguro de que llevo bastante más tiempo con esto que tú,asi que podré enseñarte cualquier cosa que no sepas,o que no entiendas,claro. –Sonrió y me puso una pequeña toalla en la frente.Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba sudando,y de que hacía demasiado calor en aquella habitación.
-¿Tienes aire acondicionado? –le pregunté.
-No tengo aire acondicionado.Es normal que tengas mucho calor.Se te pasará con estas toallas-Dijo,dándome otra toalla aún más fresquita.Yo lo único que podía hacer era sonreir,asentir,y quedarme embobada mirándole.
Me acababa de dar cuenta de que no había llamado a Deb.Es mi compañera de piso,y no había ido a casa a dormir desde hacía al menos un día,que yo recuerde.
-Oye.. Marcus.. –dije
-¿Sabes mi nombre? –Me preguntó
-Lo que ví me hizo recordar tu nombre… Papá te nombró,dijo que me cuidarías,que estarías aquí cuando…cuando ellos no estén –respondí
-Ah,cierto… asi que has ido al pasado y has vuelto en menos de 15 minutos,esto cada vez mejora por momentos.Además,ya te sabes mi nombre sin que yo te lo haya mencionado,eso es algo bueno. –Dijo,soltando una pequeña carcajada- por cierto,¿qué querías?
-Pues.. vivo con mi mejor amiga,Deb,y necesito llamarla.No se donde están mis cosas,ni siquiera recuerdo si llevaba mi móvil…
-Ten,te dejo el mío-dijo,ofreciéndome su móvil
-Gracias –le dije,dedicándole una dulce sonrisa.Marqué el número de Deb y,como siempre,saltó el contestador.Solté una carcajada y empecé con mi mensaje- ¡Hola Deb! Espero que te acuerdes de tu amiga la borracha barra alta Lee ..
-LEAH MARIE COLLINS. ¿SE PUEDE SABER DONDE CARAJO TE HAS METIDO?-Contestó Deb.Lo sabía,seguro que estaba detrás del teléfono medio dormida.Yo reí,mirando a Marcus.Él me miraba,negando con la cabeza.Hay dios lo que acababa de hacer.Me esperaba una conversación llena de preguntas.